3, 2015

La primera reunión del año retoma tres temas. La lectura propuesta de las llamadas Conferencias a los católicos del año 1960, el recorrido por la película Caché y  “La isla de los muertos” conocida serie de cuadros simbolistas del pintor suizo Arnold Böcklin. La conversación entrecruza estos temas en donde la ruptura del lazo y la posibilidad de encontrar allí algún giro discursivo que nos oriente, es lo que pugna.
En Caché la lectura del sueño que allí se muestra, sueño del protagonista principal de la película, sueño breve en donde el tema del “gallo preferido del padre que es decapitado” parece ser lo central en referencia al Edipo, nos presenta un giro que se localiza allí donde el que mira esa escena, pasa a ser él mirado. Hay allí una impotencia de relación entre ese objeto que se produce (un nivivonimuerto) y el soñante que lo causa. Dicha impotencia ignorada se trastoca en el sueño (ese es el giro) en un imposible en donde ese prójimo se ubica en el lugar de una verdad del lado del agente, histerizando al que habla y que por hablar es imposible que diga algo sobre eso prójimo. Caché habla – ¿pero qué puede decir?- de eso prójimo. Y al hablar genera ese imposible de callar para el Amo de turno. Cuartogiro Amo-Histérica, dicho de otro modo: estar jodido jugando al olvido, como le sucede al protagonista y desde allí a todo intrigado espectador bajo dominio de la mirada-caché.



Diego Yaiche retoma en parte su trabajo de investigación en un punto que trae a colación: La isla galápago de Freud, el darwinismo invertido, allí donde es vida se aloja la muerte. El cuadro de Böcklin lo muestra, basta con conocer esas islas dice Yaiche para localizar la inspiración del artista. Otra pizca más de nivivonimuerto.

Se propone seguir con las Conferencias de Lacan citadas.

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