Necesidad y
contingencia en el centro del debate.
La no existencia de
otro goce que el fálico, otro goce que no hay, lo que no le quita eficacia,
desarma toda pretensión de relación, puesto que arma un par que no tiene
segundo. Situamos allí un problema con lo hétero.
Lo necesario del
almenosuno, lo necesario de la excepción, lo necesario del Uno que niega, hace
pareja con otro que no existe. Entonces a este Uno le hace partenaire otro que
no es ninguno.
Al conjunto cerrado
que arma la excepción del almenosuno -el paratodos- le suplementa -dado que no
hay complementariedad- un conjunto abierto, en donde la contingencia funciona albergando
una disyunción irreconciliable, haciendo un vaciado de existencia allí mismo
donde lo necesario consolida la existencia de un Uno que dice no.
Al volver a los
ejemplos cernidos de La hora del lobo, podemos cotejar cómo funcionan o no, en
cada caso, la negación entre existe (Kakon) y no existe (púber), entre el todo
(familiar) y el paranotodo (tribu de la isla); la conjunción entre el paratodo
del conjunto cerrado y el paranotodo del conjunto abierto; la disyunción entre
Uno que no y otro que no existe; la implicación entre esa excepción necesaria (sostén
de la función) y el paranotodo del conjunto abierto (que descompleta al
argumento de esa función), implicación que fracasa entre esos niveles de la
existencia y de la esencia, puesto no se trata de todosmenosuno. Lo necesario
de la existencia del relato diciente mudo -la escena en los acantilados- va
junto a la contingencia que lo descompleta -no existe ese partenaire- o que lo
determina inconsistente –propuesta de un goce fuera de toda medida, inaudito.
Qué clase de
causalidad entonces se desprende de esta lógica en donde no hay negación, ni
conjunción, ni disyunción y menos implicación entre la causa y el producto. Se
propone la lectura de "Acerca de la causalidad psíquica" de J. Lacan y para
seguir el tono de la subjetividad de la época el film "Detachment"
del director Tony Kaye.
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